En un lugar entre el cielo y la tierra se alza un pueblo mucho más antiguo que el firmamento. Un Imperio donde no existe el tiempo ni el espacio, dónde la magia , la calma y la perfección; equilibran esta atmósfera en la que miles de seres de la luz son gobernados por la diosa Eva. Este lugar es conocido cómo "Pueblo de Holma", y en el centro de este Imperio, surge el "Templo de la Congregación". Las paredes pintadas de un blanco inmaculado están decoradas con relieves de oro por artesanos de otro mundo. El aire; que no existe, tiene un aroma a jazmín y madreselva. Dentro de este templo irradia una paz absoluta. Y en el centro hay una plataforma desde la que Eva se dirige a sus seres cuando los convoca. Eva flota en el aire en el centro de esta plataforma en su forma de mujer. Ella es la criatura más hermosa y sabia del universo. Su rostro irradia la más absoluta paz, mientras concentra toda su energía con los ojos cerrados llamando a sus hijos....
El Consejo de vampiros estaba preocupado, aquel lugar estaba lleno de infectados y sus guerreros no eran capaces de terminar con ellos. Además de esto tenían otro problema, pensaba Lucan mientras caminaba por el laberinto de calles del centro de la ciudad; los infectados cada vez se organizaban mejor, eran mas poderosos, y sus fortalezas más seguras. Y esta situación se le había ido de las manos al consejo, por eso habían recurrido a él como última opción: el General Gufré. Pero todos estos contratiempos no le importaban lo más mínimo, Lucan sonrió satíricamente, lo importante era que él estaba allí. El Consejo lo había desterrado hacía siglos de aquella ciudad por culpa de un maldito tratado de paz con los licántropos, y ahora acudían a él para que formase un ejercito y terminase con los infectados. Hacía mucho tiempo que a él no le importaba el Consejo, ni tan siquiera que su raza estuviera amenazada. Lo único que le importaba a Lucan era encontrar a la chica, y sabía que ella estaba allí, por eso había respondido a la llamada del Consejo. De no ser así, ni tan siquiera se hubiera podido acercar a los alrededores de la ciudad.
e Lucan oyó un ruido a a lo lejos y su estómago se tensó, no recordaba cuando se había alimentado por última vez. Siguió el ruido de las pisadas de lo que iba a ser su cena mientras se aseguraba de que no había nadie en los alrededores. Necesitaba saciar su sed además de fortalecerse. Allí tenía demasiados enemigos. Cuando lo desterraron, el príncipe Alfa puso precio a su cabeza: él asesinó a casi toda su manada, incluyendo a sus padres, lástima que él y su hermano se escondieran, pensó Lucan. Décadas después, cuando su clan firmó el tratado de paz con su manada, el cachorro ya había crecido. Era el rey Alfa, y tenía una manada mucho más grande que la de su padre. Su misma raza lo habría asesinado entonces de no ser por su linaje, descendiente directo de Caín. Él era como la realeza vampírica porque llevaba sangre real, y ya no quedaban muchos cómo él porque las hembras vampiras se habían extinguido y las humanas no podían engendrar hijos con alguien de su raza. Así que la mayoría de vampiros que quedaban eran infectados: humanos mordidos por un vampiro que en su último suspiro de vida bebían de su progenitor volviéndose inmortales. Y estos vampiros no daban problemas porque eran cuidadosos para alimentarse. Por eso el Consejo lo reclamaba a él: porque para ser inmortal había que beber de una fuente pura como la sangre de Llucan. De lo contrario, no se volvían vampiros, si no insaciados. Depredadores de humanos que nunca saciaban su sed y además exponían a la raza. pero él no estaba allí para formar otro ejercito para el consejo. Ya lo hizo una vez cuando era mercenario: él había sido uno de los guerreros más fuertes del Consejo, incluso había renunciado su principado por defender a los de su raza. Él estaba allí para encontrar a la chica, llevarla lo más lejos posible, y convertirla en inmortal.
Miedo, pensó Lucan cuando penetró en la mente de la mujer que seguía de cerca. Ella había notado su presencia ¿Cómo podía ser?,¿Acaso estaba perdiendo sus cualidades vampíricas? Pero no le importó. La necesidad de saciar su sed era demasiado fuerte para pensar en porque ella había acelerado sus pasos. Sus colmillos empezaron a latir y sus pupilas se dilataron hasta quedar en dos finas líneas color dorado. En menos de tres segundos atravesó la distancia que los separaba y la arrastró hasta un callejón oscuro y sin salida. La sujetó con tanta fuerza de los hombros que los pies de la chica quedaron suspendidos en el aire. Ella abrió los ojos presa del terror e intentó gritar, pero ningún sonido salió de sus cuerdas vocales. Lucan puso el dedo índice en sus labios ordenándole que guardara silencio mientras sus colmillos salían en toda su extensión. La chica lo miraba aterrorizada y eso hizo que su hambre se agudizara aún mas. A la velocidad del rayo dio un puñetazo en la pared contra la que sujetaba a la humana intentando calmarse mientras liberaba su aura para hipnotizarla.
-No te haré daño-le dijo mientras la dejaba en el suelo. Ella parpadeó un par de veces antes de entrar en un estado de Letargo debido a las feromonas que Lucan había liberado. Eso era lo que hacían todos los vampiros para atraer a su presa.
-Déjate llevar...-le susurró lamiendo su cuello. Ella echó la cabeza hacía atrás y entornó los ojos seducida por el placer de la lengua de Lucan que hacía círculos recorriendo su piel desde el lóbulo de la oreja hasta la garganta. Donde penetró sus afilados colmillos mientras ella se sacudía por el éxtasis y el placer. La saliva de vampiro bloqueaba cualquier dolor que pudiera sentir, así que Lucan se alimentó con tanta fuerza que no paró hasta que sintió' que al tomarla con tal embestidura, le había clavado las uñas en la piel. Después se separó de ella mientras lamia su herida abierta para cerrarla. Pero Llucan quería más..., aquella sangre estaba tan deliciosa, olía a fragancias frescas; Jazmín y limón. Sabía a libertad, a locura...
-¡General Gufré!...-gritó el desconocido a la espalda de Lucan entre una carcajada cínica-... o quizás debería llamarte... Lucan Velmont, ¿Cuándo te volviste considerado con los humanos?
Una oleada de rabia agitó a Lucan, no le hacía falta darse la vuelta para reconocer a Aarón: el único vampiro que no se puso en su contra cuando lo desterraron. Pero sus sentidos no lo habían alertado de que tenía público? Se despojó de la mujer dejándola inconsciente en el suelo. Ella solo creería que había sido un sueño. Pero ,¿Quien era esa humana que había nublado su mente? Maldijo en voz baja aquel encuentro mientras se dirigía a Aaron con su sonrisa más falsa. de no ser por él, hubiera hecho a aquella humana su esclava para saciar su sed durante el tiempo que se estuviera allí.
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