En un lugar entre el cielo y la tierra se alza un pueblo mucho más antiguo que el firmamento. Un Imperio donde no existe el tiempo ni el espacio, dónde la magia , la calma y la perfección; equilibran esta atmósfera en la que miles de seres de la luz son gobernados por la diosa Eva. Este lugar es conocido cómo "Pueblo de Holma", y en el centro de este Imperio, surge el "Templo de la Congregación". Las paredes pintadas de un blanco inmaculado están decoradas con relieves de oro por artesanos de otro mundo. El aire; que no existe, tiene un aroma a jazmín y madreselva. Dentro de este templo irradia una paz absoluta. Y en el centro hay una plataforma desde la que Eva se dirige a sus seres cuando los convoca. Eva flota en el aire en el centro de esta plataforma en su forma de mujer. Ella es la criatura más hermosa y sabia del universo. Su rostro irradia la más absoluta paz, mientras concentra toda su energía con los ojos cerrados llamando a sus hijos....
En un lugar entre el cielo y la tierra se alza un pueblo mucho más antiguo que el firmamento. Un Imperio donde no existe el tiempo ni el espacio, dónde la magia , la calma y la perfección; equilibran esta atmósfera en la que miles de seres de la luz son gobernados por la diosa Eva. Este lugar es conocido cómo "Pueblo de Holma", y en el centro de este Imperio, surge el "Templo de la Congregación". Las paredes pintadas de un blanco inmaculado están decoradas con relieves de oro por artesanos de otro mundo. El aire; que no existe, tiene un aroma a jazmín y madreselva. Dentro de este templo irradia una paz absoluta. Y en el centro hay una plataforma desde la que Eva se dirige a sus seres cuando los convoca.
Eva flota en el aire en el centro de esta plataforma en su forma de mujer. Ella es la criatura más hermosa y sabia del universo. Su rostro irradia la más absoluta paz, mientras concentra toda su energía con los ojos cerrados llamando a sus hijos.
-Criaturas de Holma-pronunció-,acercaos, pero hacedlo en silencio.
Entonces en el templo que hasta el momento lo único que lo llenaba era un aire tan puro y tan limpio que casi brillaba, fueron apareciendo pequeños destellos de luz que tomaron forma humana hasta convertirse en seres perfectamente esculpidos. Las mujeres estaban dotadas de curvas perfectamente moldeadas, cabellos largos y sedosos que caían lisos o en tirabuzones de color plateado, con los ojos de un intenso color azul y la piel suave del color de la porcelana. Los hombres, más perfectos que dioses griegos, median más de dos metros de altura, con rostros hermosos de facciones marcadas, y con el mismo color de ojos que poseían las mujeres, un azul tan misterioso que parecía irreal. El color del cabello les variaba desde un rubio angelical hasta un moreno tan intenso como la media noche. Y todos estos seres, que parecían humanos perfectos con la única diferencia de que eran más grandes, poseían una luz iridiscente a su alrededor. Como si en su piel resplandecieran los rayos del sol.
-La muralla esta en peligro de nuevo-anunció la diosa Eva mientras alzaba las manos creando una nube de humo color violeta en el aire que giró dando vueltas hasta que apareció una imagen; una chica un poco destartalada. En la imagen se podía observar que el cuerpo de la chica era como el de un niño; pequeño y carente de curva. Su cabello no tenía ningún color definido; estaba entre un marrón oscuro y claro, con mechas negras, blancas, y rojas. Y su boca no era nada sensual, sino una fina línea de color anaranjado. Los enormes ojos almendrados eran los más tristes que podía albergar cualquier humano.
-La espera ha terminado-anunció Eva de nuevo mirando el rostro de la chica en la gran nube de humo.
-¿Quién será el elegido?-preguntó uno de los seres más jóvenes.
-Ella-señaló la imagen de la chica y después enfocó la vista hacía sus seres que empezaban a murmurar. El humo empezó a evaporarse y la imagen de la chica fue desapareciendo poco a poco.
-¿Una humana?-se atrevió a preguntar indignado uno de los seres.
Todos guardaron silencio ante la réplica del ser. Eva era la sabiduría absoluta y no se podía equivocar, ni tampoco se podían dirigir a ella de esa manera. Algunos desearon un castigo para Samuel por sus modales. Otros: que Samuel la hiciera cambiar de parecer, pues pensaban que en el fondo Samuel tenía razón: aquella humana ni tan siquiera era una adulta. Y si en Holma existía algún ser que pudiera convencer a Eva para que cambiara de opinión, ese era él. Y no era porque nació el primero tras la última batalla entre los "Reinos de los Cielos", ni porque había sido entrenado desde entonces en la "Guardia real". si no porque poseía algunas de las características de los humanos; impaciencia, desobediencia, incorrección...incluso se había saltado las leyes de Holma en más de una ocasión. Y esto a Eva le divertía a la vez que le causaba una gran curiosidad: que un ser mágico, poseyera rasgos de una especie tan inferior a la de los seres de la luz.
-¿Cómo una humana tan débil podrá vencer una guerra de más de mil quinientos años?-intervino de nuevo-.Con todo mi respeto majestad...
-Samuel...-lo sermoneó quitándole la palabra. Y él agacho la cabeza y miró el suelo de mármol blanco, pues así era como había que dirigirse a Eva después de pedir permiso para hablar. Aunque Samuel no lo hizo por eso, pues pocas veces recordaba las reglas de Holma, y todavía eran menos las veces que las cumplía. Si no porque su reina lo miró fijamente. Y había oído decir que si Eva miraba durante mucho tiempo a los ojos a algún ser o criatura, su luz lo cegaba durante meses. Así que permaneció impasible mirando un punto inexistente del suelo mientras Eva lo sermoneaba.
-...se que has estado entrenándose durante mil quinientos años, pero esta batalla no se gana con armas...
Todos escuchaban a Eva en silencio mientras ella hablaba y a la vez escuchaba los pensamientos de sus seres; algunos deseaban que castigara a samuel, otros que saliera impune como tantas veces, y la gran mayoría,,, Eva sonrió al escuchar los pensamientos de sus hijas. Eso es lo que haría
-...por eso, en reconocimiento y gratitud por tu lealtad al pueblo de Holma, yo te encomiendo la misión de proteger y guiar a esta criatura hasta que esté preparada.
Se escucharon suspiros por toda la sala, unos de asombro y otros de tranquilidad, seguidos de murmullos y risas por debajo de la nariz. Samuel quiso protestar pero no le salían las palabras, ¿Su diosa se estaba riendo de él? Él había sido guerrero del pueblo mágico desde su nacimiento; su rudeza y brusquedad le había hecho ganarse a varios enemigos entre su pueblo. Pero había sido educado para la lucha que estaba punto de llegar tras la caída de la muralla, y no para cuidar de una joven humana. ¿Acaso era un castigo por no mantener los modales con los habitantes de Holma? Él no tenía la culpa de eso. Aunque sabía que era de gran gravedad en Holma porque allí irradiaba la paz absoluta desde que Eva y sus hijos llegaron. Además Holma fue creado precisamente con ese fin: para que ella y su familia pudieran vivir en perfecta armonía y tranquilidad lejos de las legiones de Caín y de los hijos de Odín.
-¡Silencio!-.Eva intentó poner orden, pero la mayoría de sus hijos celebraban la noticia. Estaban dichosos por poder librarse por fin de samuel, pudo escucharlo en sus mentes. Otros dudaban de como un ser tan salvaje y atroz como él, que no conocía la compasión; fuera a salvaguardar a una criatura humana, y además protegerla de los contratiempos que llevaba con sigo la caída de la muralla.
-¡Si...,leen...,cio...!-Eva paseo la vista por toda la sala mirando los rostros de sus hijos. Todos eran hermosos, todos menos Samuel. Cada ser formaba su aspecto a partir de su luz. Y esta luz iridiscente que tenía a su alrededor era reflejo de sus sentimientos. Sentimientos que albergaban en su alma prestados de los humanos. Porque los seres de la luz nacían sin alma, y esta se iba formando poco a poco en el mundo terrenal. Y aunque esto ellos no lo sabían, su diosa si que estaba al corriente y por eso era tan importante para ella proteger a los humanos de toda maldad. Pues si la humanidad desaparecía, los seres de la luz perderían cualquier rastro de bondad, y el pueblo mágico se convertiría en un infierno donde reinaría el odio y la maldad enfrentándose unos a otros hasta desaparecer.
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